viernes, 2 de marzo de 2007

TALLERES DE ESPERANZA

Cindy Jordano de 27 años, Maria Eugenia Silva de 34 y Pedro Gioville de 54, son personas con discapacidad cognitiva que asisten diariamente a Talleres de Esperanza, una institución que les brinda la oportunidad de pertenecer a diferentes grupos de trabajo, tales como panadería, tejidos, encuadernación, desarrollo intelectual, cerámica, sistemas y tratamiento de papel reciclable.

A Talleres de Esperanza acuden 56 personas diariamente y se distribuyen en los diferentes grupos de trabajo. La jornada empieza a las 8 de la mañana y al medio día toman un receso de una hora. Posteriormente siguen en sus labores y salen para sus casas a las 4 de la tarde. Muchas de las personas con discapacidad cognitiva que asisten a Talleres de esperanza, son mayores de edad y algunos ancianos, que en su infancia pasaron por la indiferencia y el maltrato de la sociedad.

No obstante, Cindy, María y Pedro han podido sobrellevar la indiferencia, gracias al apoyo de la familia, los amigos cercanos e instituciones como Talleres de Esperanza, en donde se les refuerza sus habilidades y fortalezas por medio de su trabajo. Todos los productos que estas personas realizan son vendidos a los visitantes o hacen parte de pedidos hechos al Taller por particulares.

*** “MIS AMIGOS”***
Esa mañana llegué al colegio muy emocionada por el paseo que estaba a punto de emprender. Salimos del plantel educativo a las 8 de la mañana hacía la finca en donde haríamos el retiro. Llegamos a una finca alejada del pueblo, no recuerdo en dónde estaba ubicada pero tenía muchos árboles y altibajos. Llegamos a un casita ubicada en la parte baja de la finca y nos agruparon para hacer diferentes actividades, así estuvimos hasta las 11 de la mañana cuando nos dieron el descanso.

Me encontré con mis “amigos”, terminamos las onces y nos fuimos para un árbol situado en lo alto de una montaña, eran cuatro niños -entre los que estaba mi novio- y yo. Cuando llegamos a la cima de la montaña nos sentamos junto al árbol y mis “amigos” me dijeron: “Cindy, quítate la ropa”. Yo no pensaba que fuera malo, no entendía a que estábamos jugando o porque querían que yo me quitara la ropa, pero igualmente lo hice.

Comencé a quitarme el saco, luego la blusa, al tiempo que mis “amigos” se emocionaban, uno de ellos dijo “quítate el pantalón” –porque íbamos en sudadera-, yo seguía haciendo caso, comenzaron a tocarme y acariciarme pero yo seguía inocente de lo que estaba pasado. A lo lejos venía el hermanito de mi novio y vio que yo estaba desnudándome por lo que salió corriendo a llamar a un adulto.

Cuando llegó la profesora al lugar en donde estábamos, se puso de muy mal genio y no hacia otra cosa que regañarme, me decía que yo no podía hacer eso y que además tenía toda la culpa, pero los culpables eran ellos cuatro, que fueron los de la idea y yo solo obedecía. La mujer no entendía eso y me siguió regañando todo el camino.

Ya en Bogotá me fui para la casa y no les dije nada a mis papás, aunque me sentía mal. Luego de un tiempo me cambiaron de colegio, y en este me pasó una situación muy parecida a la anterior. Unos compañeros también me tocaron pero en esa ocasión si les comente a mis padres y ellos me retiraron de la institución para ingresar a Talleres de Esperanza.

Desde el momento en que entre a Talleres de Esperanza note la diferencia con las otras instituciones educativas en las que había estado, en las anteriores los profesores no sabían como tratarme, me gritaban, me decían boba, me encerraban, no me comprendían y ahora el trato es muy diferente porque no nos gritan y podemos hacer diferentes actividades, yo por lo menos soy muy buena en manualidades y cerámica, estoy contenta aquí, además estoy muy feliz porque encontré una muy buena amiga que es María Eugenia Silva y con ella me la llevo muy bien, además de contarnos todo. En Talleres encontré también una persona muy especial que actualmente es mi novio, se llama Andrés y estamos planeando casarnos este año si Dios quiere. Ya hemos tenido que aplazar nuestro matrimonio por cosas que han venido sucediendo, pero espero que al fin podamos estar juntos. Nosotros no esperamos ser papás pero sí tíos

El rechazo no solo se ve en el colegio sino también con los transeúntes, todas las personas que pasan por la calle junto a nosotros se creen mejores que nosotros porque tienen todas sus capacidades, nos miran por debajo del hombro pero no se dan cuenta que nosotros también tenemos manos, pies, cabeza y todo como ellos, aunque no lo pueden entender. Se ríen de nosotros porque no saben como es nuestro comportamiento.

A veces yo digo porque nací así ¿Por qué no nací como mis cuatro hermanos? Pero nací así todo el mundo me quiere, allá afuera no saben la alegría que es tener un hermano especial, porque no saben lo que realmente tienen.

***MARÍA EUGENÍA SILVA***

Estudio en el Beltran Rousbelt
Se burlaban de mí, de todo lo que me pasaba
Me encerraban en los salones,
Me pegaban
Los profesores eran muy guache conmigo, solamente conmigo
Tercero de primaria llamé a mi mamá para que me defendieran.
Echaron a la profesora
Después me trajeron a este taller que es lo máximo
Tengo a mi mejor amiga que es Cindy.
Tengo novio, Alejandro
CALLE:
Se burlaron de mi diciendo que yo era una boba, me trataron a las patadas. Los buses: decían que yo era una boba, una retrasada, entonces uno se siente mal.
No lo deben tratar a uno así

*** DESPERTAR: si quieren hablar mal, pues que hablen mal ***

Para mí fue muy duro enterarme que tenía discapacidad cognitiva porque yo no tenia la menor idea que padecía de ello, durante toda mi primaria nunca sentí que tuviera dificultades en el aprendizaje pero fue en el momento en el que a mi padre se le metió la idea de cambiarme de colegio cuando me estrelle contra el mundo y mi cuerpo y mente se estremeció.

Durante los años que curse la primaria vivía como un niño normal al que le dejaban las mismas tareas que a los demás, me divertía con ellos y la pasaba muy bien en el colegio. El colegio era de una tía mía y nunca tuve inconveniente alguno con maestro o compañeros, pero cuando termine de cursar el grado quinto de primaria mi padre me llevo a colegios como el San Bartolomé, La Salle y el Cervantes, para hacer las averiguaciones de inscripción en los mismos. Allí me hicieron las pruebas pero me negaron el acceso alegando que yo tenía un problema en el aprendizaje y que por lo tanto no iba a rendir en los mismos. Fue en ese momento en el que mi mundo se fue al piso, me sentí como la peor cosa que puede haber en la tierra, el trato de las personas a mi alrededor cambió y tuve que adaptarme a mi nueva vida. Poco a poco las cosas fueron cambiando y tanto mis padres como yo sentimos la necesidad de buscar centros en los que me aceptaran con mi dificultad.

Estuve en calí en un instituto pero después de muchos años ya no me podían atender allí porque yo excedía la edad de los demás por muchos años, por lo que no me aceptaron más tiempo. Después de la muerte de mi papá, nos vinimos con mi mamá para Bogotá en 1983, aquí encontramos un programa del Seguro Social, en ese programa debía interactuar con personas que sufrían discapacidad física, habían perdido manos, piernas y demás partes en accidentes.

En 1985 ingrese a Talleres de Esperanza en donde me siento como en familia, el trato es muy chévere y la pasó muy bien realizando cada una de las actividades en los distintos talleres.

En la calle hay personas que no valoran a las personas lisiadas o discapacitadas, humillan a la gente tratándola como bichos. Antes le ponía atención a los comentarios pero ya aprendí a ignorar los malos comentarios, si quieren hablar mal pues que hablen mal, al fin y al cabo los que quedan mal son ellos.

Siempre me he interesado por coleccionar catálogos, por eso me paso por sitios en donde los distribuyen y les pido respetuosamente a los vendedores que me regalen algunos pero en ocasiones me encuentro con personas muy groseras y que me tratan mal. Lo que pasa es que la gente normal se cree más que nosotros, pero todos somos iguales y debemos respetarnos unos a otros. Yo he aprendido a valorarme.

1 comentario:

TIC`s - Universidad Central dijo...

Bien. Falta párrafo introductorio resumen y las imágenes. Son requerimientos de las publicaciones.